MOTOR
Una de las grandes incógnitas que carcomía la curiosidad de la prensa especializada es como resolvería una fábrica tan asumidamente “campera” como KTM su primera incursión en el asfalto. Y la nota es indudablemente alta.
Este maravilloso V2 tiene una motricidad excelente desde abajo , pero a la vez es suave, a lo que ayuda un buen embrague hidráulico y un desarrollo bastante largo pero excelentemente escalonado. Tan largo que a veces te encuentras trazando curvas cerradas en primera sin notar ningún problema de bloqueo ni retenciones bruscas. Pero, como digo, perfectamente escalonado y de relativamente suave funcionamiento general.
La potencia está en 120 CV con una compresión de 11.5:1 , lo que es incluso relativamente conservador y deja claro que han preferido potenciar el par y la suavidad ante la potencia bruta… que se dejará para la futura Superbike. Y de paso, se prueba el motor en el mejor banco de pruebas que existe- los usuarios de todo el mundo- asegurando la resistencia mecánica.
El único pero importante pero que se puede criticar en este motor es un consumo absolutamente fuera de lo normal , y más teniendo en cuenta que ya en esta SuperDuke se usa una impecable inyección electrónica. Por muy lento que vayas pasarás de los 7 litros, y si ahondas en sus posibilidades deportivas (que son muchiisimas) llegas a los 12 o más. Esto hace que, con el escaso depósito de formas externas bastante camperas gracias a sus placas laterales tipo enduro, no puedas pasar casi en ninguna circunstancia de los 120 km. sin que se te encienda la reserva. Y si vas rapidito te quedas en 100.
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